¿COMO NACE EL TRAP ARGENTINO?

Puntualmente en Argentina, se ha contado ya varias veces la historia de El Quinto Escalón y cómo fue la plataforma necesaria para que todo explote. Esta legendaria competencia de batallas, que tuvo lugar en el Parque Rivadavia entre el 2012 y el 2017, fue semillero de algunas de las caras más visibles de la música argentina hoy en día. Durante los años que se llevó a cabo, sus mayores figuras empezaban a hacerse de un nombre conocido y de varios seguidores fieles a ellos. Todo esto en paralelo a la globalización extrema que atravesó la década pasada, en la que las comunicaciones avanzaron a pasos agigantados, la información era muy accesible para todos y la influencia de otras culturas empezaba a llegar a la juventud de manera más directa que antes. 

En la vorágine creada por las batallas de free, un 11 de noviembre de 2016, Duki debuta con su single ‘No Vendo Trap’, sin saber (o muy consciente quizá) que cambiaría la historia de la música argentina. El tema, lanzado con un video casero, lo mostraba rapeando sobre una pista de trap con su característico flow mostrado en la competencia y rapeando barras que jugaban con fonemas, como tenía acostumbrado al público. Fue la primera canción argentina que se puede registrar de este género. Motivados por Duki, fueron varios los artistas que empezaron a aprovechar la exposición que tenían para comenzar a coquetear con la música: Lit KillahEcko, incluso el mismo Paulo Londra, por nombrar a algunos.







El trap argento tenía una característica: no se asemejaba tanto a la idea que existía en esos años sobre el trap latino y su inmediata asociación con el reggaetón. Sí, era música que se podía escuchar en el boliche, pero los raperos se encargaban de dejar barras coherentes, hacer juegos de palabras o agregarle algo que le dé un poco más de valor a su trabajo. Esto puede ser, quizás, lo que distingue al trap argento: su intento de acercarse a las raíces del hip hop.

Un año después del tema de Duki hubo otro gran hito histórico: ‘Loca’. Con el trap ya instalado y perfilado a ser la próxima gran cosa en la música argentina, había un mercado dispuesto a escuchar. Así, Khea, junto a Cazzu y el mencionado Duki, lanzan el single que sonó por todos lados la última parte del 2017. La historia cambiaría una vez más, y esta vez el trap se instalaría de forma definitiva cuando, en abril del 2018, salió el remix de ‘Loca’ con nada más y nada menos que Bad Bunny. Oficialmente era una realidad: el trap argentino había conquistado a la juventud y tenía todo para comerse al mundo. Lo que se hacía en el sur del continente logró llamar la atención de figuras globales y estaba aquí para quedarse. Ese fue el salto que le faltaba para su internacionalización y, quizás, lo que dotó de confianza a todos sus exponentes para saber que tenían en sus manos la fórmula del éxito.


El trap se volvió el fenómeno que hacía que algunos se rasquen la cabeza, cuanto menos, y en el peor de los casos lograba que adultos con trabajo y vidas hechas se sintieran obligados a ir a las redes sociales a criticar, en reiteradas ocasiones, el estado de la música actual.

El trap argento se puede describir también por otra característica: variedad. Hay para todos, todo. Hay trap más puro y duro como el de Ecko, Seven Kayne Neo Pistea; hay experimentaciones interesantes como las que hacen Ysy A Ca7riel Paco Amoroso; hay híbridos con reggaetón, u otros géneros que hacen cuestionar su naturaleza, como lo que hacen Lit Killah y Paulo Londra. Hay trap que no es trap, como los primeros temas de Wos. Hay, también, rap de calidad hecho por mujeres como la mencionada Cazzu o Dak1llah. 

Argentina debe ser el país con la mejor industria trapera ahora mismo, y es, definitivamente, la responsable de su expansión total en Sudamérica. Sin embargo, hay que recordar que el género es bastante joven y no cuenta ni siquiera con un lustro completo desde su erupción, por lo que todavía hay mucho por descubrir. Estos años han sido bastante de prueba y error, y el género y el mercado se encargan por sí solos de filtrar el exceso, dejando claro quienes merecen estar en lo más alto. La década que empieza este año es la gran oportunidad para que, de una vez por todas, el trap se consolide como el género argentino por excelencia de la actualidad.




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